Cuando era prefecto del Dicasterio para los Obispos, el Cardenal Robert Francis Prevost solía dar largos paseos por el barrio del Borgo. Residía en un apartamento sencillo de la Via di Porta Angelica hasta que hace menos de dos meses se mudó a otro bloque de viviendas reservado para altos cargos del Vaticano, en el edificio del Santo Uffizio, donde hoy se encuentra el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
En este céntrico barrio romano, a pocos pasos de la Plaza de San Pedro, también solía frecuentar el gimnasio Omega Fitness Club, que desde el pasado 8 de mayo —cuando fue elegido Papa— se ha convertido en el más famoso de Roma.
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El Omega Fitness Club, a pocos pasos de la Plaza de San Pedro, se ha convertido en el gimnasio más famoso de Roma. Aquí solía entrenarse León XIV antes de ser elegido Papa. ¡Todavía es socio!@aciprensa @EWTNNoticias pic.twitter.com/9jT9dzWlMS
— Victoria Cardiel (@VictoriaCardiel) May 15, 2025
“No te voy a ocultar que solté un grito enorme”, señala con emoción y orgullo Alessandro Tamburlani, presidente y fundador de este gimnasio. Como todos los vecinos de la zona, en cuanto supo que había habido fumata blanca, corrió a la Plaza de San Pedro. Su alegría se multiplicó al ver asomarse en el balcón a uno de los socios inscritos en este centro deportivo.
“La alegría fue doble o triple. Alegría por tener por fin un nuevo Santo Padre después del momento de luto obligado que pasamos. Y alegría también por saber que es una buena persona y, además, alguien a quien ya todos conocíamos aquí en el gimnasio”, expresa.
El entonces Cardenal Prevost —que, como se sabe, es un gran aficionado al tenis— pasaba su tiempo libre subido a las máquinas de cardio, sus favoritas. A veces también usaba las bicicletas estáticas y las cintas de correr, pensadas para mejorar la resistencia cardiovascular y quemar calorías. Allí encontraba un espacio de tranquilidad y disciplina física.