El periódico New York Times informó que miles de campesinos chinos al sudoeste del país han reaccionado con violencia luego de varios meses de hostigamiento de las autoridades para que cumplan con la política del hijo único impuesta desde hace décadas en China.
Los hechos ocurrieron en el condado de Bobai, región autónoma de Guangxi, donde los campesinos se amotinaron ante las constantes sanciones económicas, controles de salud obligatorios para mujeres en los que se incluyen abortos y esterilizaciones forzosas, confiscación de propiedades y destrucción de sus casas por violar la política de un solo hijo.
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En los últimos cuatro días, las turbas de manifestantes han destruido oficinas gubernamentales, vehículos y han sostenido enfrentamientos con la policía.
Las autoridades aún no ofrecen cifras exactas sobre los muertos y heridos, pero algunos sostienen que ya hay cinco fallecidos, incluyendo a tres oficiales responsables de que se cumpla la política poblacional china.
Desde 1980, el gobierno tiene prohibido a la población tener más de un hijo por familia. Violar esta norma implica multas que pueden llegar hasta los nueve mil dólares. Los agentes del gobierno, organizados en escuadrones, recolectan estos pagos y se estima que entre febrero y abril, solo en el condado de Bobai se ha recaudado más de un millón de dólares en multas.
Las familias que no podían o no querían pagar fueron objeto de requisas y embargos. “Los mafiosos usaron martillos y barras de hierro para destruir los hogares de la gente, amenazando con traer bulldozers la próxima vez”, denunció uno de los testigos a Times.